Morcheeba, Blood Like Lemonade, 2010

Después de varios años dando tumbos, yendo de vocalista en vocalista y abandonando el triphop - downtempo que los vio nacer, Morcheeba parece encontrar nuevamente su rumbo natural con su nueva producción Blood Like Lemonade (PIAS Records). Después de dos discos decididamente apartados del estilo que los ha identificado por años (The Antidote, 2005 y Dive Deep, 2008) los hermanitos Godfrey vuelven a contar con la voz apacible y sensual de Skye Edwards, quien se reintegra al grupo gracias a un encuentro “casual” (sí, casual según ellos) ocurrido en una calle desconocida de Londres. Sea verdad o no el motivo del reencuentro, el resultado es cuando menos alentador. Morcheeba se reconcilia con esa atmósfera íntima y oscura que le era tan propia, con ese downtempo estricto, con esas melodías hechas para ser escuchadas a media luz bebiendo un café mientras el timbre hipnótico de Skye nos envuelve y nos acaricia transportándonos a nuestro lugar favorito.
Al escuchar los primeros temas (Crimson, Even Though, Blood like Lemonade) lo primero que pienso es que podrían haber sido incluidos en discos como Charango o Big Calm sin desentonar en absoluto, destacando CRIMSON: sutil, lo-fi, casi lánguido, con Edwards como en su mejor momento, evocando temas como Undress me now o Fear and Love. Como es costumbre, este disco incluye temas instrumentales, que ya podrían ser considerados verdaderos interludios entre actos, como si de una ópera se tratase. MANDALA, en el ya conocido estilo hindú de Morcheeba y CUT TO THE CHASE con scratchs, y la guitarra de Ross Godfrey. Del resto de los temas destaco I`m The Spring con Skye cantando con una solitaria guitarra como compañera, formato inédito para el grupo, y EASIER SAID THAN DONE, tema que nos recuerda esos ritmos pegajosos y sesenteros ya conocidos en The Antidote.
¿Podríamos considerar este disco una involución? ¿Una vuelta a esquemas refritos por puro beneficio económico?
No, llamémoslo… un reencuentro con las raíces.